miércoles, 27 de enero de 2010

Ayer viajé a Pandora


Nadie que haya visto la película "Avatar" ha podido quedar indiferente. Las reacciones están siendo tan sorprendentes e intensas como la propia película. Remueve, inquieta, sugiere,..., recuerda,...Nos recuerda lugares, momentos, miradas, instantes quizás alguna vez vividos, quizás alguna otra vez perdidos.

"YO TE VEO..."

Esta es una de las frases de la película que más impresiona.

"YO TE VEO..."

...Y entonces nos alcanza la mirada de esos dos seres, en ese momento incomparable en el que uno RECONOCE al otro, en ese instante en el que los sentidos son capaces de captar más allá. Más allá de lo que los ojos ven...Más allá.

Y es entonces cuando entendemos.

"YO TE VEO...", y viajo allá donde está tu alma, y llego allí con la mía, abrazándote, abrazándonos, en un momento de inocencia, pureza y amor infinitos.
YO TE VEO... y dejo que me veas. Te acepto y te acojo. Y dejo que me acojas a mí también.

Pero no es de la película de lo que quiero hablar ahora.

YO AYER VIAJÉ A PANDORA.

Ayer estuve allí cuando a la 1:30 de la madrugada vi como Aimar surgía de entre las entrañas de su madre.

Estuve allí cuando vi como minutos después los profesionales que estaban protegiendo aquel momento sagrado conseguían arrancar del cuerpecito agotado de Aimar un primer aliento de vida.

Estuve en Pandora cuando vi sus caras de felicidad y satisfacción cuando se lo entregaban por fin a su madre.

Y fui testigo de esa primera mirada madre-hijo en la que ella, mi amiga-hermana Macarena ("te quiero..."), le decia: "AIMAR, HIJO, POR FIN ESTÁS AQUÍ..."
Ella "LE ESTABA VIENDO", le estaba reconociendo..., como en Pandora.

Y entonces, aquel quirófano, aquel lugar se convirtió por un momento en EL PARAISO
Y yo estaba allí.

Durante las nueve horas que estuvimos juntas, entre contracción y contracción, entre oleada y oleada, dio tiempo a viajar a muchos lugares. En algunos había rocas altas, en otros, lagos de aguas calientes y reconfortantes. Dolor húmedo y punzante. Susurros, gemidos,...
¡TIERRA!, ¡GRITOS!
Abrazos.

Y mis manos con la tuyas, y mis ojos y mi vientre con el tuyo...

Macarena, Aitor, Aimar. Gracias por haber estado en Pandora conmigo. Gracias por haber compartido conmigo vuestro viaje al paraiso.

Gracias también a Enrique y Cari por compartir una vez más su profesionalidad y humanidad con esa familia que acababa de nacer. Y de la que ahora me siento parte. Gracias a Acuario por convertirse una vez más en Pandora.

Macarena, Aitor, Aimar..."YO OS VEO..." Os quiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué preciosidad!¡Qué afortunados son de tenerte como amiga! Un abrazo enorme. Mariola

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